martes, 1 de julio de 2014

INTRODUCCIÓN



Existe consenso que el principal problema del Perú, y de muchos países en el mundo, es el de la exclusión social y económica la cual se expresa de muchas maneras, que van desde la pobreza extrema, la falta de atención por parte del Estado, la mala calidad de los servicios básicos, hasta la informalidad, las protestas callejeras, el bloqueo de carreteras, los linchamientos y el voto antisistema. Una parte muy importante de la sociedad peruana (y latinoamericana) se encuentra excluida del Estado, de la modernidad y los beneficios del crecimiento económico; sometida además a distintos niveles de abandono y discriminación.


Frente a esta problemática, nuestros gobernantes siguen pensando que con estabilidad y crecimiento económico se resolverá este problema. En este sentido, impulsan programas de alivio a la pobreza a los que se destinan muchos recursos, propios y de los organismos internacionales; sin embargo, las estadísticas demuestran que la disminución de la pobreza no es significativa, y más bien las diferencias se acentúan cada vez más.

Debemos aprender de lo que ha funcionado en otros países como China y la India, en los cuales el crecimiento económico se generó desde abajo, con empleo productivo, la variable económico-social por excelencia. También debemos aprender que la educación de calidad es otra de las claves que está funcionando; es decir, conjuntamente con las políticas económicas debemos implementar políticas sociales, con fuertes implicancias económicas, es decir “no regalar pescado al hambriento sino enseñarle a pescar”. Existe consenso en que debemos movernos en la dirección de generar empleo masivamente (no hay mejor integrador que un buen trabajo) y de mejorar radicalmente la educación (el mejor factor de movilidad económica y social), sobre todo para los más pobres.

En nuestro país tenemos una tercera poderosa herramienta de inclusión: las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes). Ellas representan más del 95% de las unidades económicas, contribuyen con el 42% del PBI, representan más del 75% del empleo privado, dinamizan la cadena productiva y permiten dar rienda suelta a la creatividad que no ha encontrado límites en nuestro medio. Si bien este sector ha dado muestras de ascenso económico y social impresionantes, todavía la mayoría de este sector se mantiene con baja productividad e ingresos. Al respecto, existen varios estudios que, entre otros, señalan a los siguientes factores limitantes de la productividad y competitividad de estas empresas:

  1. Falta de un sistema tributario estable y simplificado que permita superar problemas de formalidad de esta empresas y que motiven el crecimiento sostenido de las mismas.
  2. Desigual acceso al crédito y recursos externos y a costos elevados en comparación a la mediana y gran empresa.
  3.  Acceso limitado por el alto costo a los Servicios de Asesoría y Consultoría por parte de entidades privadas.
  4. Empleo de recurso humano de baja calidad con alta presencia femenina en comparación a la gran empresa.
  5.  Libre entrada de empresas al sector por el bajo nivel de preparación y de inversión inicial que requieren este tipo de empresas.
  6. Uso de bajos niveles de capital y tecnología no muy avanzada pero intensiva en trabajo.

Estas y otras limitantes ocasionan que muchas Mipymes, con excelentes ideas y modelos de negocio, quiebren en el corto plazo. Quizá la alta mortandad de estas empresas se explique por dichos limitantes, pero también porque los empresarios de este sector no están debidamente capacitados para gestionar sus empresas en un mundo altamente competitivo.

En este blog presento una propuesta para brindar a los emprendedores asesoramiento y consultoría enfocados primero en la creación de Mipymes innovadoras y luego acompañar al empresario durante todo el proceso de sus negocios, y facilitarle las herramientas necesarias para resolver exitosa y eficientemente la gestión de sus proyectos de negocios..

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