EL TALENTO EMPRENDEDOR Y LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS


Según el GEM Perú 2016-2017, en nuestro país, el índice de descontinuación de la actividad emprendedora se encuentra en 6.1%, mostrando una ligera tendencia descendente; sin embargo, se encuentra por encima del promedio de los países con economías basadas en eficiencia. Las tres principales razones son las siguientes: a) personales (40.7%), b) identificación de otras oportunidades más atractivas (19%) y c) problemas de rentabilidad y para conseguir financiamiento (14.8%). En otras palabras, más de la tercera parte de los motivos de descontinuación están asociados con el emprendedor, probablemente a su falta de capacidades, compromiso o conocimiento, situación que representa una oportunidad para darle la importancia que se merece a la educación emprendedora, en todos los niveles, para reducir el nivel de este indicador.
Nadie discute la existencia de un fuerte vínculo entre el nivel educativo y la motivación para emprender y que un mayor nivel educativo facilita la identificación y el aprovechamiento de oportunidades de negocio. En efecto, según los estudios del GEM Perú 2016-2017, el 46% de los emprendedores en etapa temprana cuenta con estudios superiores (técnico y/o universitario), mientras que, en los emprendedores establecidos, este perfil educativo representa el 34.4%. Este segmento de emprendedores con estudios superiores tiene mayor potencial para el desarrollo de iniciativas emprendedoras con una alta dosis de innovación que podrían facilitar la transición de nuestra economía basada en la eficiencia a otra basada en la innovación, razón por la cual este segmento de emprendedores debe ser tomado en cuenta para el desarrollo de programas y políticas de gobierno.
Un emprendimiento se realiza por necesidad o por oportunidad. Es por necesidad cuando se lleva a cabo sin realizar estudios relacionado con el emprendimiento y con la urgencia de solucionar dificultades económicas, financieras o de desempleo. Es por oportunidad cuando se genera una idea de negocio para satisfacer una determinada necesidad del mercado, se desarrolla y convierte en una empresa con potencial de crecimiento. En nuestro país, del total de emprendedores que tienen un nivel educativo superior (técnico y/o universitario), el 28.3% es por necesidad y el 51.8% es por oportunidad.
Respecto al género, el 50% de los emprendedores hombres en etapa temprana tienen algún tipo de estudios superior (técnico y/o universitario), frente al 41.8% de sus pares mujeres. Estos resultados probablemente permitirían explicar la mayor presencia de emprendimientos por necesidad dentro del segmento femenino.
El talento emprendedor es resultado de la convergencia armoniosa de todas las capacidades y habilidades que desde la infancia un ser humano entrena con pasión y motivación en los diferentes escenarios, desde la familia y las instituciones educativas hasta en los espacios de ocio, en contacto con otras personas, con la naturaleza o con los medios de comunicación, con la finalidad de generar ideas innovadoras y convertirlas en negocios exitosos.
En las instituciones educativas se debe fortalecer el talento emprendedor de los estudiantes potenciando su creatividad; su disposición positiva para la innovación y el cambio; su confianza en sí mismos; su motivación para el éxito; la aceptación del fracaso como una fuente de experiencia y las actitudes de cooperación y de trabajo en equipo. De esta manera, los estudiantes podrán afrontar la vida con éxito, es decir, estarán capacitados para crear negocios no sólo como un medio de vida sino fundamentalmente para contribuir al desarrollo de nuestro país, pero también les facilitará diseñar su vida personal con la fortaleza necesaria para aprender de los fracasos, con la sabiduría para disfrutar de los éxitos, y con la libertad que necesitan para planear y ejecutar con creatividad e iniciativa sus proyectos de vida.
El desafío principal de las instituciones educativas es introducir la competencia de “aprender a emprender” en la práctica ordinaria y para ello los programas de emprendimiento tienen que ofrecer metodologías y herramientas ágiles a los estudiantes para promover la creación de negocios mediante la experimentación científica en contacto directo con potenciales clientes. Asimismo, dichos programas tienen que ofrecer formación, acompañamiento y espacios de encuentro para aprender, compartir y diseñar la mejor estrategia de emprendimiento.
El avance vertiginoso de la tecnología genera nuevas formas de economía productiva, nuevos empleos, nuevas formas de organización del trabajo, nuevas estructuras y nuevos roles, así como la creciente movilidad geográfica y sectorial generan cambios constantes en nuestro sistema educativo inyectando altas dosis de incertidumbre para todos sus actores, en especial para los docentes que actualmente se enfrentan a un gran reto: educar en y hacia la incertidumbre.
En este escenario, es imprescindible institucionalizar el emprendimiento en las instituciones educativas integrando en el currículum una competencia emprendedora. En la medida en que los estudiantes sean más autónomos, capaces de trabajar en equipo y de asumir riesgos, de liderar y aportar soluciones y propuestas de valor innovadoras, sus posibilidades de incorporarse al mercado laboral serán mayores, así como las de participar como empresarios de forma significativa en la economía productiva del futuro, que según las tendencias será de alta especialización y valor agregado.
En el presente manual entendemos el emprendimiento como una actitud ante la vida que requiere de ciertas habilidades y conocimientos para construir con éxito el futuro. El concepto de iniciativa emprendedora, espíritu emprendedor o conceptos similares en el entorno educativo hacen referencia al desarrollo de cualidades personales como creatividad, disposición a la innovación, autoconfianza, motivación de logro, liderazgo y resistencia al fracaso, entre otras. Estas cualidades son necesarias en cualquier contexto y para cualquier persona y pueden ser desarrolladas, incrementadas y fortalecidas en las instituciones educativas.
El propósito de este manual es enseñar APRENDER A EMPRENDER EMPRENDIENDO, por esta razón se opta por un enfoque que consiste en crear un modelo ágil de negocio que incluye la versión inicial del producto, producir sólo la cantidad necesaria y distribuirla según se comporte la demanda del mercado. Esta estrategia permite rentabilizar el nivel de producción adaptándolo a la demanda real y evitando el desperdicio de recursos.
Este manual ofrece para el emprendimiento una metodología ágil y un amplio abanico de esquemas y herramientas para abordar este escenario de incertidumbre y en constante cambio con determinación y ambición para crear negocios pioneros en determinadas industrias, abriendo nuevos mercados y capturando nuevos clientes, convirtiendo en irrelevante a la competencia y captar, retener y potenciar el talento de las personas integrantes de los equipos de emprendimiento. En otras palabras, este manual contiene un valioso material que puede ser utilizado por los docentes para educar a las nuevas generaciones en su tránsito a la vida empresarial y también para los estudiantes en la apasionante tarea de “Aprender a Emprender Emprendiendo” para romper las cadenas de la esclavitud asalariada y ser actores de su propio destino.
Ing. Aniano Urtecho

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